Después de mil discusiones de adaptar el temario, de pedir opinión
a todo tipo de orientadores y padres, me dispuse a dar mi clase de sexualidad a
niñs de 13 años
El primer problema fue la disparidad de conocimientos, había
alumns que ya pillaban algunos términos vulgares que se usan en las películas y
en la calle, otros habían hablado de algo con sus padres, los que se hacían los
mayores respondían como lo suelen hacer los de 4º en plan “Y tu que me vas a
enseñar a mi”, los mas complicados eran los que estaban totalmente ajenos a
cualquier terminología por que no podía usar una palabra vulgar para decir a lo
que me estaba refiriendo.
El segundo problema es que no tienen cuestiones de nada en
concreto, pero todo es nuevo y preguntan de todo (2h 45m de clase 45m hablando
de embarazos cigotos)
El problema continuo: la vergüenza y las instituciones.
El instituto nos obliga a que un profesor este presente en
la clase para ver que decimos, aunque antes nosotrs presentamos el pawer point
y todos los materiales que utilizaremos, y claro los chavales se cortan y no
preguntan.
Tras pedírselo de mil maneras el jefe de estudios sale de la
clase y nos quedamos respondiendo 45m de preguntas