lunes, 20 de diciembre de 2010

Bizcochable


El otro día en el proyecto de la cruz roja de los pisos de acogida donde ya explique que soy voluntaria con 4 chavales sudafricanos que están intentado independizarse, estuvimos haciendo bizcochos, la cosa es que el primer día que fui al piso a que me lo enseñaran lleve un bizcocho más que nada por tener algo que hacer cuando llegáramos.

La cosa es que les gusto mucho y cuando uno de ellos tuvo que aportar algo para la fiesta de fin de las clases de secundaria ahora en navidades, me pidió consultando con la psicóloga, si lo podía ayudar a hacer el bizcocho, le dije que sin problemas y me dispuse a echar una tarde con ellos cocinando.

Cuando llegue estaba solo un chico, y aquí vino el fallo, me entro el miedo, era un chico que no había tenido una actitud respetuosa conmigo pero tampoco se había propasado y ya en su día yo supe dejar las cosas claras y adoptar mi puesto de educadora y no de amiga, la cosa es que me sobrepuse, pensé que no había problema, que no tenía por qué desconfiar de nadie, y empezamos a cocinar, en seguida la casa se convirtió en un paso donde cada chico del piso salía y entraba con compañero, amigos y familiares cada uno de una nacionalidad diferente que me presentaban y me contaban algo suyo, fue el día mas intercultural de mi vida.

Me arrepentí muchísimo de haber desconfiado y de tener miedo aun q supongo q era la primera vez que m enfrentaba sola a todo lo que pudiera pasar y tenia q pasar por eso.

Voy a describir de nuevo la situación de estos chicos, son mayores de edad pero llegaron a España siendo menores, ahora la cruz roja le da los papeles de residencia pero para tener los de trabajo y poder trabajar legalmente en España necesitan que tener un contrato laboral de un año, como podréis adivinar esto es casi imposible y poco a poco los chavales se desesperan por que las familias desde sus países le piden que trabajen y que les manden dinero.

Además la mayoría tienen amigos que trabajan ilegalmente, esto quiere decir que no tienen contrato pero cobran, que es lo que ellos quieren, el dinero, pero desde las asociaciones no podemos apoyar el trabajo ilegal, por eso algunos chicos antes han optado por irse del piso y comenzar a trabajar de esta forma, otros los que tienen familias en mejores posiciones se vuelven a su país a pastorear o encargarse del trabajo que le ha buscado la familia.

Yo personalmente entiendo las medidas que toman los chicos por que la situación se hace desesperante, pero también veo que los trabajadores sociales y la psicóloga se mueven y luchan todo lo que pueden por estos chicos, de forma que aquí no están perdiendo el tiempo como a ellos les puede parecer por que están continuamente formándose gracias a los cursos que les busca la institución.